Casa Delfines 30

Una casa de tres fachadas en un terreno esquinero, con un amortiguamiento de vegetación endémica que genera una transición entre la vialidad y la casa, creando un ambiente fresco y de privacidad en el jardín.

El recorrido del acceso nos lleva del estacionamiento a la estancia con un paseo de mármol cubierto con un plafón de madera de cumarú, siempre con un remate visual de piedra rustica de la región.

La estancia con ventilación cruzada disfruta de una vista a través de un deck de cumaru, la alberca y un jardín que remata con frondosos árboles de tzalam. 

En general cada espacio goza de ventilación cruzada, y la fachada poniente además de ser ciega tiene un recubrimiento de piedra rustica natural que brinda una textura de sombras y luces en un plano ciego. Un juego de techumbres ligeras protege y viste las terrazas, con elementos de acero y madera de cumarú encontramos otra vez un juego de sombras que baña las fachadas de la casa.

La alberca de mármol, juega un papel importante siendo el centro entre el jardín y la terraza; el remate visual de la estancia, y parte del bar. El entorno y la conservación de la vegetación circundante existente generan un amortiguamiento entre la vialidad y el jardín.